En 1 Tim, Pablo, que
estaba trabajando con Timoteo en Éfeso, ha salido para Macedonia y encarga a
Timoteo que lo sustituya en sus funciones por breve tiempo (3,14; 4,13). ¿Para
qué entonces una carta tan detallada si Pablo iba a volver pronto?, ¿no
bastaban las instrucciones orales que había dado al marcharse? (1,3-4). Esto
demuestra que en realidad no se trata de una carta, sino de un tratadito de
organización eclesiástica, destinado a las comunidades en que Timoteo tenga que
actuar como líder.
2 Tim supone que Pablo está
en Roma en la cárcel (1,8.16-17; 2,9). Ya ha comparecido una vez ante el
tribunal, y nadie le ha ayudado en su defensa, pero ha salido del paso
(4,16-18). Sólo lo acompaña Lucas, los demás se han marchado por diversos
motivos (4,10-12); también lo han dejado los de Asia (1,15). Un cierto
Alejandro se ha portado muy mal con él, oponiéndosele en público, tal vez
impugnando su defensa (4,14); su muerte está próxima (4,6). Pablo quiere que
Timoteo salga cuanto antes para Roma, acompañado de Marcos (4,9.11), para poder
llegar antes del invierno (4,21); como tiene que pasar por Tróade (4,13), es
señal de que Timoteo se encuentra en Asia Menor, probablemente en Éfeso, pues
le manda recuerdos para Prisca y Áquila (4,19; Hch 18,18-19). También Onesíforo
(4,19) debía de ser un efesino ido a Roma para visitar y animar a Pablo (1,17).
Pablo, por otra parte, no
hace mucho que está en Roma, pues poco antes había estado en Tróade, donde se
había dejado un abrigo y libros (4,13). Había pasado también por Mileto, donde
dejó enfermo a Trófimo (4,20).
Esta carta supone, por
tanto, que Pablo fue puesto en libertad después de la cautividad romana
descrita en Hch 28, que volvió a Oriente y que, de nuevo en Roma, fue
encarcelado con la perspectiva de ser condenado a muerte. La carta podría
llamarse el testamento de Pablo.
Según la carta a Tito, Pablo
había estado recientemente en Creta y había dejado allí a Tito para que acabara
de organizar las comunidades de la isla; la carta continúa las instrucciones
orales (1,5); sus portadores son quizá Zenas y Apolo (3,13). En todo caso
quiere Pablo mandar a Artemas o a Fortunato para que releven a Tito y éste
pueda reunirse con él en Nicópolis de Epiro, donde piensa pasar el invierno
(3,12).
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