12Qué agradecido estoy al que me dio fuerzas, al Mesías Jesús Señor nuestro, por la confianza que tuvo en mí al designarme para su servicio; 13en mí, antes un blasfemo, perseguidor e insolente. A pesar de eso, como lo hacía con la ignorancia del que no cree, Dios tuvo misericordia de mí; 14y se desbordó la generosidad de nuestro Señor, dándome fe y amor cristiano.
15Mucha verdad en ese dicho y digno de que todos los hagan suyo; "que el Mesías Jesús vino al mundo para salvar pecadores"; 16nadie más pecador que yo, pero, precisamente por eso, Dios tuvo misericordia de mí, para que el Mesías Jesús mostrase en mí el primero hasta dónde llega su paciencia, proponiendo un ejemplo típico a los que en el futuro creyesen en él para obtener vida eterna.
17Al Rey de los siglos, al inmortal, invisible y único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
18Te encomiendo dar estas instrucciones, Timoteo, hijo mío, atendiéndome a aquellos mensajes inspirados que se referían a ti; apoyado en ellos presta servicio en este noble combate, armado de fe y de buena conciencia. 19Algunos prescindieron de ella y han naufragado en la fe, 20entre ellos Himeneo y Alejandro; yo los entregué a Satanás para que aprendan a no ofender a Dios.
EXPLICACIÓN.
12-20. Pablo recuerda su conversión, no para fundar su misión de apóstol (cf. Gál 1,13-17), sino para dar un ejemplo de la paciencia de Dios con los pecadores (12-16). La fórmula mucha verdad es este dicho (17; cf. 4,9; 2 Tim 2,11; Tit 3,8) parece introducir una doctrina cristiana común. Doxología. El rey de los siglos (17), fórmula del judaísmo helenístico. La designación de Timoteo se debió a mensajes proféticos en la comunidad. Himeneo (20), cf. 2 Tim 2,17. Alejandro, quizá el broncista de 2 Tim 4,14. Entregar a Satanás, excomunión (cf. 1 Cor 5,5) (18-20).
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